Dios Nunca Muere No. 59

Les presentamos a continuación el editorial e índice del último número de nuestra revista, sobre las Misiones.

Enseñar a todas las gentes

Estimados lectores

Dedicamos esta nueva revista a las misiones. ¿Qué se entiende por misión? Es todo el trabajo de la Iglesia para aumentar sus fronteras y cumplir así el programa de nuestro Maestro: “Id pues, y enseñad a todas las gentes” (Mateo XXVIII, 19). Se usa la palabra “misión” palabra que nos viene del latín “missio” y que quiere decir “envío”, ya que Nuestro Señor dijo también: “Como el Padre me envió, así también yo os envío” (Juan XX, 21). Los misioneros son pues hombres enviados a conquis-tar las almas y territorios para Dios así como los apostóles fueron enviados por Nuestro Señor Jesucristo para predicar el Evangelio por todo el mundo.

En un sentido estricto, un país de misión es un país en donde los obreros evangélicos han sido enviados desde otra parte del mundo. Por tanto, cuando los sacerdotes provienen del mismo país evangelizado se debería dejar de hablar de país de misión, aunque si la cantidad de almas por convertir sigue siendo importante se sigue dando el título de misión.

Existen varios tipos de misiones: “ad infideles” o sea hacia los infieles (como los países musulmanes, budistas o hinduistas), “ad haereticos” es decir hacia los herejes (como los países protestantes), “ad schismaticos” o sea hacia los cismáticos (como los países ortodoxos) y “ad fideles” hacia fieles abandonados y sin pastores (como todos los países anteriormente católicos).

Podemos ver así que el término de misión se puede atribuir a diferentes tipos de acciónes evangelizadoras. En esta revista podrán descubrir varias de ellas que nuestra congregación desarrolla por el mundo. Podrán descubrir cómo se desarrolla nuestro Distrito de México, que también se puede considerar como tierra de Misión ya que en primer lugar buena proporción de los padres que trabajan en él provienen de otros países. Luego, porque, aunque nuestro país es católico desde hace siglos gracias a la intervención de los Españoles, hoy en día, con la crisis de la Iglesia y la infiltración del error modernista, los fieles están abandonados por sus propios pastores, los cuales ya no quieren enseñar el Evangelio de siempre, lo que obliga a estos mismos fieles a que busquen a nuestros sacerdotes para que vayamos a asistirlos espiritualmente.

Todo esto implica una obra laboriosa y la acción de muchos santos sacerdotes, pero no olvidemos las palabras de Nuestro Señor: “La mies verdaderamente es mucha, mas los obreros pocos. Rogad pues al Señor de la mies, que envie trabajadores a su mies.” (Mateo IX, 37-38).

Padre Pierre Mouroux +
Superior de Distrito


Índice 

Editorial 

Las Misiones de Monseñor Lefebvre

Esencia, nacimiento y desarrollo de una Misión

Las Misiones de la Fraternidad en África

El Distrito de Asia

Paulina Jaricot, fundadora de la obra de la Propagación de la Fe

La ruta dominica, la herencia cultural y misionera en México

El Concilio Vaticano II y el fin de las Misiones

¿Casarse? ¿Para qué?

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