San Alfonso María de Ligorio - 2 de agosto

Fuente: Distrito de México

Oh Dios, que, por medio de San Alfonso, tu confesor y pontífice, inflamado del celo de las almas, enriqueciste a tu Iglesia con una nueva familia religiosa: te suplicamos que, enseñados con sus saludables avisos y esforzados con sus ejemplos, podamos llegar a Ti con felicidad. Por Cristo Nuestro Señor.

San Alfonso fue un religioso napolitano, obispo de la Iglesia católica y fundador de la Congregación del Santísimo Redentor cuyos miembros se conocen como redentoristas. Canonizado en 1839 y proclamado «Doctor de la Iglesia» en 1871, es el patrono de los abogados católicos, de los moralistas y de los confesores. Escribió más de 111 obras, entre las cuales cabe destacar el Tratado de Teología moral, escrito entre 1753 y 1755 y Las Glorias de María, escrito en 1750.

Nació en Nápoles el 27 de Septiembre de 1696. Sus padres Don José de Liguori y Doña Ana Cavalieri eran de familias nobles y distinguidas. Nuestro santo fue el primogénito de siete hermanos, cuatro varones y tres niñas. Siendo aún niño fue visitado por San Francisco Jerónimo el cual lo bendijo y anunció: "Este chiquitín vivirá 90 años, será obispo y hará mucho bien".

Era un "niño prodigio" con gran facilidad para los idiomas, ciencias, arte, música y demás disciplinas. Empezó a estudiar leyes a los 13 años y a los 16 años presentó el examen de doctorado en derecho civil y canónico en la Universidad de Nápoles. A los 19 años ya era un abogado famoso.

Conversión

Según se cuenta, en su profesión como abogado no perdió ningún caso en 8 años, hasta que un día después de su brillante defensa, un documento demostró que él había apoyado (aunque sin saberlo), lo que era falso. Eso cambió su vida radicalmente.

Hizo un retiro en el convento de los lazaristas y se confirmó en la cuaresma de 1722. Estos dos eventos reavivaron su fervor. Al año siguiente, en dos ocasiones oyó una voz que le decía: "abandona el mundo y entrégate a mi". Hizo voto de celibato y abandonó completamente su profesión. Muy pronto Dios le confirmó cual era su voluntad.

Se fue a la iglesia Nuestra Señora de la Misericordia a pedir ser admitido en el oratorio. Su padre trató de impedirlo, pero al verlo tan decidido le dio permiso de hacerse sacerdote pero con la condición de que se fuese a vivir a su casa. Alfonso aceptó, siguiendo el consejo de su director espiritual que era oratoriano.

Hizo los estudios sacerdotales en su casa. Fue ordenado sacerdote en 1726 a los 30 años. Desde entonces se dedica trabajar con las gentes de los barrios más pobres de Nápoles y de otras ciudades. Reúne a los niños y a la gente humilde, al aire libre y les enseña catecismo.

La Congregación del Santísimo Redentor

El 9 de noviembre de 1732, Alfonso fundó la «Congregación del Santísimo Redentor», orden conocida hoy como Redentoristas.​ La congregación, que por 17 años se llamó «Congregación del Santísimo Salvador», comenzó a funcionar en un pequeño hospicio perteneciente a las monjas de Scala. Aunque Alfonso era el fundador y de hecho la cabeza del Instituto, en un principio la dirección general fue asumida por el Obispo de Castellamare. Recién a la muerte de este último, el 20 de abril de 1743, Alfonso fue elegido formalmente Superior-General.

Fue el Papa Benedicto XIV quien aprobó la Regla y el Instituto para hombres en 1749. Durante todos esos años, Alfonso le imprimió a su trabajo un carácter eminentemente misionero. Se dedicaba gran parte de cada año a atravesar el Reino de Nápoles llevando misiones, incluso a los pueblos más pequeños.

Grandes pruebas

Al poco tiempo comenzaron los problemas. La congregación se dividió entre los dos superiores. La hermana María Celeste se va a fundar otra congregación. A los 5 meses el santo se quedó solo con un hermano, pero mas tarde se presentaron nuevos candidatos y se estableció en una casa más grande.

En 1734 funda otra casa en Villa degli Schiavi y se dedica a misionar allí. Su confesionario estaba siempre lleno. Trataba a sus penitentes como almas que era necesario salvar.

En 1737, se divulgan rumores sobre la casa de Villa degli Schiavi y San Alfonso decide suprimir esa fundación. Al año siguiente también cierra la casa de Scala.

En 1748 San Alfonso publica en Nápoles la primera edición de su "Teología Moral". La segunda edición apareció entre los años 1753 y 1755.

En 1749 el papa Benedicto XIV aprobó la congregación y a partir de eso, el éxito fue enorme.

En 1750, los Jansenistas comienzan a divulgar que la devoción a la Santísima Virgen era una superstición. San Alfonso defiende a Nuestra Señora, publicando "Las Glorias de María". Para su libro más famoso, Las Glorias de María, empezó San Alfonso a recoger materiales cuando tenía 38 años de edad, y terminó de escribirlo a los 54 años, en 1750. Su redacción le gastó 16 años

Su consagración episcopal

Alfonso María de Ligorio fue nombrado obispo de la pequeña diócesis de Agatha dei Goti en 1762 por el Papa. Este nombramiento le aterró, queriendo renunciar de inmediato a tal honor. Sin embargo, el Papa no le aceptó la renuncia. Allí ejerció su ministerio episcopal entre 1762 y 1775.1 Fue un innovador en sus esfuerzos por reformar la administración de la diócesis y elevar la calidad y el entrenamiento del clero.

El período que permaneció en Agatha dei Goti fue aquel en el cual se produjo su transformación somática tan conocida iconográficamente, resultado de una artrosis cervical progresiva.​ En 1775, como consecuencia de la salud cada vez más débil de Alfonso, el papa Pío VI hizo lugar a sus insistentes ruegos y le permitió volver a la casa redentorista de Pagani, donde le aguardaban sus años más amargos.

Sus últimos años

En efecto, sus últimos doce años serían todavía más difíciles y dolorosos, por los agudos sufrimientos físicos, los tormentos espirituales, los esfuerzos agotadores por ganar reconocimiento para la congregación y la existencia de amargas contiendas dentro de la misma. Prácticamente ciego e incapacitado para dirigir personalmente a su grupo, fue expulsado de la orden que él mismo había fundado como consecuencia de no haber leído un documento de vital importancia antes de firmarlo. Ni siquiera su virtual ceguera y su salud declinante fueron aceptadas como atenuantes. Así, él atravesó circunstancias eclesiásticas sumamente amargas en razón de esa situación canónica irregular de los redentoristas del reino de Nápoles, y se vio alejado de su propia congregación por decisión equivocada del papa Pío VI en 1780.1​ Sin embargo, Alfonso no levantó jamás su voz contra la autoridad de Roma, y murió a la hora del Angelus del 1 de agosto de 1787.

Poco después de su muerte, cesaron las divisiones en su congregación y se reconocieron los errores cometidos contra él. Los redentoristas obtuvieron el reconocimiento pleno y se expandieron primero por Europa y América del Norte, hasta totalizar hoy su presencia en 78 países del mundo.

Canonización

San Alfonso adquirió fama de santidad ya en vida y pocos meses después de su muerte se inició el proceso de valoración de su persona por parte de la Iglesia. El 20 de febrero de 1807 la Iglesia católica declaró la heroicidad de las virtudes de Alfonso María de Ligorio. Fue beatificado el 15 de septiembre de 1815 y canonizado por el papa Gregorio XVI el 26 de mayo de 1839 . En 1871, Pío IX lo declaró doctor de la Iglesia. Es el único caso en que una persona recibió ese título a menos de un siglo de acaecida su muerte. En 1950, Pío XII lo proclamó patrono de los confesores, de los moralistas,​ y de Pagani. La ciudad de Nápoles lo tomó como santo patrón, junto con san Jenaro y Tomás el Apóstol.