Fiesta de Santa Isabel de Hungría, modelo de caridad y penitencia

Fuente: FSSPX Actualidad

 

Hija de Andrés II, rey de Hungría, Isabel fue prometida en matrimonio a la edad de cuatro años a Luis IV, landgrave de Turingia y Hesse, mayor que ella por siete años. La boda se celebró diez años después. Una pareja profundamente cristiana, que dio a luz a tres hijos. El 11 de septiembre de 1227, Luis IV de Turingia murió en Otranto, a la edad de 26 años, camino a las Cruzadas. La Iglesia lo venera como Beato.

Al quedar viuda, la reina Isabel se dedicó a la educación de sus hijos y a las obras de caridad, especialmente entre los pobres y enfermos, ocupándose particularmente de los leprosos a quienes cuidaba como una madre. Para servir mejor a Dios, abandonó la pompa del siglo y recibió el hábito franciscano. Puso su corona al pie de la cruz, negándose a portar una corona de oro mientras que el Hijo de Dios había recibido en esta tierra una corona de espinas.
 
Expulsada de la corte con sus hijos, llevó una vida de penitencia totalmente dedicada a los pobres y necesitados para quienes mandó construir un hospital. Murió piadosamente el 17 de noviembre de 1231, a la edad de 24 años, después de haber vivido santamente como doncella y esposa, y luego como madre y viuda.
 
En su tumba, muchos milagros atraen a grandes multitudes, y su fama se extiende por todo el mundo católico, hecho que le valió ser canonizada por el Papa Gregorio IX.