Fiesta de Santa Rosa de Lima - 30 de agosto

Fuente: FSSPX News

Nacida en Lima, Perú, en 1586, casi un siglo después del descubrimiento del Nuevo Mundo, Isabel Flores de Oliva es la primera flor de santidad producida por América.

Sus padres, españoles pobres que se habían establecido en el Virreinato del Perú, le dieron una educación cristiana y le hablaron sobre la vida de Santa Catalina de Siena, a quien siguió fielmente como un modelo de vida religiosa. Fue su propia madre quien, después de haber visto una rosa en su cuna, le dio el nombre de Rosa.

Se consagró al Divino Esposo a la edad de cinco años. Tomó el hábito de terciario dominico porque no había ningún convento dominico femenino en la ciudad. Vivía como un ermitaño en el jardín de sus padres, donde se entregaba a la oración y a la mortificación mediante el ayuno y la laceración. Su influencia fue inmensa, tanto por las gracias místicas que recibió como por su caridad para con los enfermos, los niños abandonados, los pobres y los ancianos.

Sus sufrimientos y su vida penitencial los ofrecía para la Iglesia y la ciudad, para las almas del purgatorio y la conversión de los pecadores. Santa Rosa tenía una sensibilidad particular hacia las almas que se pierden luego de haber sido rescatadas a un gran precio por la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Lloraba por el destino de los chinos, los turcos y de las sectas heréticas que desgarraban a Europa: luteranos, calvinistas, anabautistas, anglicanos...

Entregó su alma a Dios el 29 de agosto de 1617, a la edad de 31 años. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.